Cómo saber si nuestro rival es programero

Para acabar de una vez con tantas discusiones, acá les facilito algunas pautas para establecer, a ciencia cierta, si el otro está usando un motor contra nosotros, no importa si Rybka o el Power Chess de 1989, para DOS. Pueden usarlas como si fueran instrumentos de medición ultra precisos, infalibles, un poco como hacía David Vincent para detectar si tal o cual era un alienígena invasor: si tenía el meñique rígido, era.

Las pautas:
El rival de turno es programero si...
1. Nos gana la partida;
2. Tiene ELO alto. Si es superior a 1600, hay que sospechar. Si tiene más de 1700, lo es casi seguro. Y si supera los 1800, bueno, ¡policía!;
3. Su forma de jugar es la de un genio, mientras que su expresividad es la de un retardado mental. Sí: Sus jugadas son brillantes, pero sus palabras no son más que balbuceos inconexos, como el de un chimpancé que hubiera hecho un curso de 10 años para aprender a hablar;
4. No juega bala. Cuando se lo interroga al respecto, se sale con excusas descabelladas, inverosímiles, como por ejemplo "No me gustan los apuros de reloj", "Lo mío es pensar", "No tiene sentido jugar tan apurado" y disparates semejantes, impropios de un verdadero amante del juego ciencia;
5. Su nick es saurau o algo parecido;
6. No nos ganó a nosotros, pero sí a un amigo, que quedó furioso;
7. Juega bien todas las aperturas, incluso la Elefante y la Frin (todos los peones en tercera fila), pero si le preguntamos cuáles son sus aperturas y defensas favoritas, responde: "Ah, de teoría no sé nada, nunca estudié";
8. Nos volvió a ganar;
9. Le ganó a otro de nuestros amigos, ¡ah!;
10. No juega heterodoxo, ni siquiera tuerto;
11. Cuando se le pregunta si nos ganó gracias a Fritz, dice no saber qué es eso, o que no conoce a nadie llamado así. Vive en el campo, con los amish. ¿Computadoras, iPods, laptops, internet? Ay, no conozco nada de eso, soy un simple jugador pueblerino ordeñando su vaca;
12. Su ELO está subiendo. Dado que es imposible que un humano mejore su juego, que aprenda, que salga de una mala racha o manifieste por fin un talento hasta entonces oculto, cualquier subida de ELO deberá interpretarse como señal delatora o, ya que estamos: como prueba incriminatoria;
13. Tiene barba y pelo largo, un tatuaje del Che o un libro de Rodolfo Walsh;
14. Cuando le preguntamos si usó Rybka, responde algo así: "Sí, digo no, no. Ay, ¡metí la pata, qué estúpido!";
15. O bien, responde: "No, no usé... Pero te prometo que será la última vez";
16. Tiene entre 900 y 1000 de ELO pero acaba de jugar como Aronian. Cuando le exigimos una explicación, se sale con esta cantinela: "Bah, el ELO no significa nada, ¡cualquiera le puede ganar a cualquiera!", o bien: "Uno tiene sus días...". Más tarde lo veremos sufrir con los de 800, como de costumbre;
17. Tiene 1000 de ELO pero un día empieza a retar a coca, a saeta, a ctgelos, a el maleante, a erfugitivo... Los persigue, los aferra de la solapa con tal de que le acepten los retos...;
18. Tiene nick femenino y tira besitos en el chat general, seduciendo posibles víctimas;
19. Su juego experimentó un cambio drástico de un día para el otro. Ayer sólo jugaba la Española (con blancas) y la Española (con negras). Ahora ¡juega todas! La Italiana, la Escocesa, la Rusa, la Escandinava, la Yugoeslava, la Inglesa, la Siciliana, la Holandesa, la Berlinesa... ¡Es como si hubiera recorrido todo el mundo en sólo 24 horas!;
20. Le ganó una a justo. ¿Cabe alguna duda?;
21. Usa programas para estudiar, o para entrenar, o para mirar partidas clásicas. Conoce varios motores de ajedrez. Listo: es programero;
22. No usa programas para estudiar, ni para entrenar, ni para mirar partidas clásicas. Parece que conoce varios motores de ajedrez, o al menos uno. Listo: es programero;
23. Y nos ganó la partida. Suficiente, ya no hay dudas;
24. Unas jugadas antes de darnos mate, nuestro rival se queda duro, extático, y entonces nos pregunta: "Ey, amigo, ¿sabes tú dónde puedo bajar motores como la gente. El que tengo se me cuelga a cada rato...";
25. Después de jugar maravillosamente, desplegando sobre el tablero una pirotecnia de combinaciones vertiginosas y sorpresas tácticas que cortan el aliento, le pedimos explicaciones, y entonces se sale con este cuento: "Ja ja. Magnus Carlsen, para servirte. Pero, por favor, no lo divulgues. Quiero evitar a los paparazzi";
26. Si la coartada de Magnus Carlsen está muy quemada, el sospechoso nos tapará la boca asumiendo otra identidad igual de deslumbrante, como por ejemplo "No, quédate tranquilo, soy Caballo, el de los iPods y la tecnología Mac. Estudié con Maciega, todo un fin de semana...". Ah, claro. Ahora se entiende;
27. Ante nuestros reclamos, insiste en que no es programero. Si se defiende, si se indigna, lo es;
28. Si ante nuestros reclamos no se defiende ni se indigna, también;
29. Acaba de llegar a P8 y ganó sus primeras partida. No hay dudas acerca de su deshonestidad;
30. Dicen que es programero. Si lo dicen, por algo es. Entonces, por Descartes, lo es seguro;

Ahí tienen las pautas para detectar programeros, comprobadísimas. Una para cada día del mes, si las cuentas no me fallan. Pero ojo, no debemos originar en P8 una caza de brujas, eh... A las brujas hay que quemarlas, de acuerdo, pero no está bien andar persiguiéndolas con antorchas, eso queda mal. Así que, para no perturbar nuestra paz, les ruego que apliquen estas técnicas de detección con la mayor discreción posible.
Sin otro particular, saluda a ustedes atentamente el Príncipe Saurau. Y ahora los dejo, que tengo que ir a descargar la nueva versión de Houdini...